El control de velocidad, también conocido como control crucero es un sistema que controla de forma automática el factor de movimiento de un vehículo de motor.
Los controles del control de crucero suelen situarse en el volante o cerca del mismo, y es una función que cada vez resulta más habitual en los coches de hoy en día. Su característica principal es la capacidad de mantener de forma autónoma una velocidad prefijada por el conductorde tal manera que éste no tenga que actuar sobre los pedales, siendo el propio coche el encargado de hacerlo.
Una vez en marcha el regulador de velocidad nos permite establecer y fijar una velocidad de crucero, siempre en un rango superior a los 30 kilómetros por hora. De esta manera el cerebro electrónico del coche se encargará de mantener dicha velocidad estable, acelerando o frenando según estime oportuno. En los modelos más modernos este sistema va asociado a un radar de proximidad que permite mantener no solo la velocidad sino la distancia con el coche que nos precede. A esta modalidad se la denomina control de crucero adaptativo, cuyas siglas en inglés son ACC (Adaptative Cruise Control).
Ventajas y desventajas
Una de las principales ventajas del control de crucero es la reducción de las distracciones y el aumento de la atención en la conducción ya que el conductor solo se tendrá que encargar de mantener la trazada y vigilar los peligros circundantes al coche. En caso de no ser un control de crucero adaptativo también tendrá que tener cuidado con la distancia con respecto al coche de delante.